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La solución sería reemplazar el carbón, el petróleo y el gas, a largo plazo, con energía primaria que proviene de la electricidad generada por el sol y la electricidad eólica. Pero la electricidad eólica y solar no forman una imagen completa de nuestra solución de energía limpia.
Dentro de la mezcla, necesitaremos un combustible transportable de mayor densidad.
Piense en un buque enorme que recogerá cien mil toneladas de mineral de hierro del Puerto de Caldera en el Norte de Chile y lo llevará a Shanghai. Por el momento utiliza combustible bunker el cual es realmente malo.
Bueno, eso no es realista. Es difícil ver que las baterías alcanzarían la densidad de energía que le permitiría alimentar esa tremenda nave.
El hidrógeno en cambio, tiene una densidad energética mucho mayor que las baterías y es un combustible limpio que no produce emisiones de carbono. En cambio, produce agua.
El hidrógeno es una fuente secundaria de energía, lo que significa que necesita ser producido a partir de otras sustancias. Podemos producirlo a partir del agua utilizando energía renovable, que no libera emisiones de carbono. También podemos producir hidrógeno a partir de gas natural, carbón y biomasa, pero estos métodos liberan emisiones de carbono que deben capturarse y almacenarse de manera segura. Una vez que lo haya hecho, es conveniente usarlo como alternativa al petróleo para el transporte y al gas natural para la calefacción.
Con una abundancia de recursos naturales, Chile puede producir hidrógeno limpio, asegurando que se convierta en una parte clave de nuestra solución de energía limpia.